Hace justo una semana que empezó el #creacap y es impresionante el nivel de implicación de mis compañeros. De forma diaria se suceden nuevos comentarios que me hacen reflexionar y conocer cosas nuevas! Y eso que somos 28 personas en el aula! He tenido aulas virtuales con el doble de personas y la interacción en debates no ha llegado ni a la mitad en el mismo espacio de tiempo. Impresionante, de verdad!
Dolors nos propuso como tema de debate pensar en cuáles de las inteligencias identificadas por Howard Gardner eran las necesarias en el sigo XXI o cuáles creíamos que faltaban.
A medida que avanzaba el debate, y gracias a la reflexión de Javier (@Javiroschiri), me di cuenta que esta necesidad de categorizar todo lo que nos rodea, según mi opinión, es una mala costumbre que tiene nuestra sociedad.
Personalmente no le daría tanta importancia a conocer las inteligencias en las que se compone la mente humana, porque, igual que la sociedad, nuestra mente también va cambiando y evolucionando y por tanto, estas inteligencias que Gardner mencionaba, pueden no ser válidas dentro de unos años.
Yo me quedaría con la idea que todos somos diferentes y lo que se tiene que hacer es respetar esa diferencia y saber adaptarse a las necesidades de aprendizaje que tiene cada persona.
Otro compañero, Pep Martínex, nos planteaba otra duda:
¿Quién es más inteligente (no, más feliz) un pastor con su rebaño en la naturaleza o un catedrátic@ de física cuántica en una conferencia ?
Esto me hizo pensar que durante mucho tiempo se utilizaba el CI como punto de partida para saber si una persona era inteligente o no (de hecho, hace poco leí una noticia con un título similar a: "Una niña de 10 años con más CI que Einstein" y yo me quedé: y esto es noticia??). Y si nos remontamos a antes de los test de CI, existían unos instrumentos que determinaban tu inteligencia a partir de lo que te media la cabeza... Suerte que hemos evolucionado!!!
No creo que haya personas más inteligentes que otras, sino que cada uno tiene los conocimientos que requiere para poder superar los problemas diarios. Y ambos perfiles (el catedrático y el pastor) nos pueden aportar muchos saberes que seguro que desconocemos y que nos pueden interesar por igual.
La cuestión clave es tener la inteligencia suficiente que nos requieren nuestros quehaceres diarios y siempre que podamos, intentar superarnos para aprender cosas nuevas.
¿Como lo veis vosotros? ¿Quien creéis que es más creativo?
P.D: Acabamos de tener la primera videoconferencia con muchos de los compañer@s y ha sido un gran placer oírles y leerles.
NOTA: Este post fue publicado originariamente en TrendTeach por la misma autora.
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