Como indica la profesora, la actividad que ha realizado con el alumnado se conoce como Indefensión aprendida.
Cada inicio de curso, la mayor parte del profesorado que tiene por primera vez a un grupo nuevo de alumnos, por costumbre (y por ir precavidos) pide referencias a profesores de años anteriores. Esto hace que cada alumno tenga, año tras año, una etiqueta colgada que puede favorecerle o perjudicarle (normalmente lo segundo) en función de sus experiencias con profesores anteriores y que únicamente lo que hacen es favorecer unos prejuicios, el origen del cual nos es desconocido y que tal vez se deba a que en su momento, no se dio al alumno en concreto las oportunidades necesarias para exprimir todo su potencial.
Esta práctica habitual entre el profesorado puede hacer que inconscientemente tratemos al alumnado en función de estas “etiquetas” y que el alumnado las acabe asumiendo como propias y se acabe propiciando que, por muchos estímulos positivos que tengan a su alrededor, éste se acabe convirtiendo en un sujeto pasivo de su aprendizaje.
De la misma forma que en la vida en general se dice “no te dejes llevar por las apariencias” dentro del mundo formativo debería ser “no te dejes llevar por las etiquetas” y así, tratar a cada nuevo alumno sin ningún prejuicio e irnos formando una concepción de su forma de ser desde el primer momento en que se lo conoce y no mucho antes.
¿Conocéis el efecto pigmalión? Pues bien, ésto es una muestra de ello, y con la influencia tan importante que ejerce en el aprendizaje y comportamiento del alumnado seguro que encontramos la manera de usar las etiquetas adecuadas (#refuerzopositivo, #motivación, #retosabordables, etc.).
NOTA: Este post fue publicado originariamente en TrendTeach por la misma autora.
[...] a estos grupos, éstas son muy conocidas por toda la comunidad educativa, pero como ya hablamos en otra publicación, no vamos a mencionarlas aquí para no contribuir más a su [...]
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